Camino a las playas del sur de Lima, como ya es usual, vemos diversos anuncios publicitarios que entretienen a los veraneantes. Sin embargo, todos los años estos anuncios son objeto de crítica por no solo entretener a los pasajeros, sino también a los conductores.
Cada verano vemos unos más creativos que otros, pero sin duda una de las marcas más creativas por excelencia es Coca-Cola. Ya establecida en el mercado, inmejorable como indica la publicidad de TV, suele sorprendernos con sus lanzamientos de campaña y este verano no fue la excepción.
Punto frozen es el nombre de la campaña y lo que busca trasmitir es que Coca-Cola no solo da felicidad, sino también refresca. En la publicidad de vía pública de esta campaña, especialmente en la carretera al sur, sorprende con grandes paneles al inicio del camino, cerca de Lurín, los cuales llaman la atención de manera usual como cualquier panel, aunque el hecho de utilizar mujeres en bikini es sorprendente viniendo de una marca tan apegada a la familia.
A pesar de este sorprendente giro de la marca, que hasta hace unos meses luchaba por ganar participación en la gastronomía peruana, el uso de mujeres no es lo que más sorprende. Kilómetros más adelante, ya cerca de Asia, encontré lo que más llamó mi atención. A los lejos se empezaban a ver botellas de Coca-Cola gigantes como si marcaran el camino de la carretera a los lados, es decir 3 gaseosas a la izquierda y 3 a la derecha. Sorpresa fue la de todos cuando nos dimos cuenta de que el camino no iba por ahí, sino doblaba a la derecha. Cualquier conductor despistado podría o puede que siga de frente, saliendo del camino,y el resultado no sea muy agradable.
Es por esto que la cantidad de impacto publicitario se debe medir y equilibrar cuando se trata de publicidad fuera de casa, en especial en carreteras. Porque puede ser tan impactante que termine distrayendo al conductor y se generen problemas más grandes. Personalmente creo que todos los paneles, por el simple hecho de estar camino al sur ya consiguen gran alcance, al captar a gran cantidad de público, que usualmente solo mira por la ventana todo el camino. Pero la creatividad y ubicación del panel debe ser controlado y probado antes de exponerlo a miles de posibles consumidores, para evitar posibles accidentes automovilísticos y hacer que la una marca con tantos años de trabajo de fidelización con los peruanos se venga abajo.